Formidable historia de como un joven Liberiano, en plena guerra civil, roba un bodyboard y descubre el deporte que cambiaría su vida. La historia aparece en timesonline.co.uk en inglés y os la traduzco íntegramente.
Alfred Lomax deja cuidadosamente su tabla 6’3″ sobre la impoluta arena de Ribertsport y nos indica algunos datos básicos. “Esto de aquí,” dice señalando a las olas que rompen en la playa, “a esto lo llamamos Camp Point. Más arriba de la playa lo llamamos Curing Point – ahí es donde las olas rompen para los dos lados. El siguiente spot es Loco y el otro que hay antes es Shipwreck. No está muy lejos. Vamos. O.K?
Durante las siguientes horas Lomax junto sus cinco amigos, los Black Surfer Boys, nos enseñan los mejores spots en Robertsport. Lomax es el surfero con más experiencia del lugar – él enseñó al resto después de aprender a surfear por si mismo – pero todos usan sus viejas tablas para atacar las olas con igual entusiasmo, dejando oír sus gritos de emoción sobre el rugido de las olas cuando uno de ellos logra coger una buena ola.
Hoy las olas no son muy buenas: más o menos de metro y medio, pero Lomax dice: “Las olas aquí suelen ser muy buenas, divertidas. Cuando son más grandes, de Marzo a Octubre, pueden llegar a los 6 metros y puedes hacerte buenos tubos. Puedes surfear una misma ola durante mucho tiempo.”
En la mayoría de comunidades surferas, desde Sydney a Santa Barbara pasando por Kuta y Cornwall, los mejores spots son celosamente protegidos por los locales. Y con razón: las playas suelen estar plagadas de surferos – tanto que tienes que hacer cola para coger una ola. En Robertsport, sin embargo, la multitud no es un problema. Lomax y sus compañeros (James, Philips, Samuel, Benjamin y Augustin) son los únicos que frecuentan las olas aquí. Son, por lo que The Times pudo comprobar durante su visita, los únicos surferos de los 579Km de costa rica en olas de esta nación – aparte de algunos trabajadores de la ayuda humanitaria. Esto es porque este país es Liberia, conocida por su horrible historia reciente de diamantes de sangre, niños soldado, violaciones, asesinato y guerra.
La guerra civil de Charles Taylor, en antiguo señor de la guerra y Presidente de Liberia, que dejó mas de 200.000 muertos, terminó tan solo hace cuatro años y hay mas de 15.000 soldados de la ONU y oficiales de policía desplegados en este lugar. Es la guerra que llevó a Lomax, que ahora tiene 20 años de edad, a surfear – y la guerra que llevaría y aun lleva a una vida inimaginable a la mayoría de Liberianos.
En Febrero del 2003 Taylor aún controlaba Monrovia cuando Lurd, una fuerza armada determinada a echarlo del poder, tomó el control de Robertsport. Los residentes fueron secuestrados, los niños se convirtieron en soldados y las mujeres tomadas como “esposas”. Lomax y un grupo de otros 28 personas decidieron escapar a la relativa seguridad de Monrovia, a aproximadamente 97 Kilómetros bajando por la costa. “Estaban reclutando. Yo sabía que no quería ser un soldado rebelde así que caminé durante dos días y medio a Monrovia, cruzando ríos a nado y escalando montañas a lo largo de la playa.”
Una vez cerca de Monrovia, por entonces atacada por el ejercito Lurd, los refugiados de Robertsport se mantuvieron escondidos entre los arbustos – excepto por las incursiones diarias que hacían al puerto para robar comida. “El primer día cogí comida, y arroz el segundo. Entonces un día volví y vi un bodyboard. Todos cogían comida, pero yo cogí eso. Me lo llevé en la mano.” Lomax no sabía como se llamaba esa tabla (“la llamé flotador”) pero, gracias a un trabajador humanitario escocés llamado Magnus, el supo para que se utilizaba. Antes de la llegada de los Lurd, Magnus surfeó en ocasiones en Robertsport – mientras Lomax lo observaba. “Yo solía mirar. Soñaba que algún día haría eso.”
Aquel Agosto, la guerra finalizó y Lomax regresó a Robertsport. Después del colegio y de su trabajo con los pescadores locales, Lomax salía a remar con su bodyboard robado, el único rider de las espectaculares olas de Robertsport. Entonces un día del 2005, un californiano llamado Nicholai Lidow llegó: había oído que había olas espectaculares en Robertsport y había traido su tabla de surf con él. Lidow estaba sorprendido de ver a un Liberiano en las olas con él. Se hizo amigo de Lomax, le dió su tabla y prometió volver.
Cuando Lidow volvió un año después, Lomax ya sabía surfear: se las había ingeniado para mantenerse de pié en la tabla. Lidow trajo consigo un grupo de surferos profesionales y un equipo de rodaje que rodaron una película titulada “Sliding Liberia” (antes de escuchar la palabra “surfing” Lomax llamaba a su afición “Sliding” (deslizamiento)). La película, un surfari con contenido social, tuvo gran acogida entre la comunidad surfera y mostró las olas de Robertsport así como la historia de Lomax. Puedes ver algunas imágenes en http://tinyurl.com/surfliberia. Ahora, gracias en parte a la película, surferos del mundo están desafiando la mala reputación de Liberia para visitar Robertsport: Lomax dice que ha surfeado con Australianos, Griegos, Brasileños e Italianos desde que saliera la película.
Detrás nuestra, en la colina tras la playa, se encuentra Nana’s Lodge – un grupo de tiendas de campaña para safaris de lujo de fabricación rusa abiertas el año pasado por un inversor Sudafricano y Musa Shannon, un futbolista retirado. Nana’s es popular entre los trabajadores humanitarios y otros expatriados, que llegan en sus 4×4 blancos desde sus complejos de seguridad en Monrovia los fines de semana para beber cerveza, nadar y pasarlo bien.
El viernes que llegamos el complejo estaba vacío, excepto por algunos profesores de una escuela americana en busca de chicas, una enfermera pediátrica Finlandesa deseando volver a Helsinki después de nueve meses con Médicos sin Fronteras. Pero la tarde siguiente, mientras nos preparábamos para irnos, Nana’s estaba reservado al completo. El padre de Shannon, el Dr. Eugene Shannon, es ahora el ministro de tierras, minas y energía. Su familia es parte de la élite de Liberia: acomodados y con doble nacionalidad Liberiana y Estadounidense. Antes de que salieran de Liberia en 1990, los Shannon solían pasar las vacaciones en Robertsport. Como futbolista, la carrera de Shannon como deportista está llena de éxitos. Hoy Shannon dice de Lomax y sus amigos: “Quiero ver lo buenos que pueden llegar a ser estos chicos. El surf no es un deporte que haya tenido éxito aún en la escena Africana: todos quieren ser futbolistas. Alfred y los chicos son pioneros.”
Su mentor, como reconoce, no actúa de manera completamente desinteresada. La historia de Lomax está ayudando a traer clientes. Shannon y su socio planean abrir un hotel, y creen que la pesca y el surf podrían traer más visitantes a Robertsport. Lomax, sin embargo, necesita cualquier ayuda que pueda obtener para conseguir la oportunidad que busca desesperadamente: vivir del surf. Por ahora consigue alimento para el, su mujer Jere, y su hijo de 2 años Nicholai, con lo que le regala Shannon y los pocos dólares que consigue como pescador, como los hombres y mujeres que viven el pueblo al lado de Nana’s Lodge. Es un trabajo muy duro: Lomax y otros cuatro reman mar a dentro y tienden una red de 100 metros de un lado de la playa al otro. Tras esto, los hombres del pueblo lentamente recogen la red.
Liberia fue fundada en 1847 por esclavos americanos liberados, y su lema: “El amor a la libertad nos trajo aquí.” La verdad es mas complicada. Aquellos primeros pobladores fueron animados a regresar a África por un grupo llamado la “American Colonisation Society” – que estaba en parte financiada por Americanos que encontraban la idea de esclavos liberados en los EEUU como una mala idea. Cuando llegaron, aquellos colonizadores descubrieron que su Utopia Africana estaba ya habitada. En una carta de 1835, un colonizador narró lo siguiente: “Hemos entrado en guerra con los nativos de este país… Nuestra causa era tan justa que el Todopoderoso nos ayudó a conquistarlos y quemar sus ciudades.”
Hoy, los descendientes de aquellos colonizadores aun dominan la sociedad Liberiana. La justicia en este país ha sido durante mucho tiempo un concepto muy flexible.
La paz aguanta en Liberia bajo el Gobierno de Ellen Sirleaf, la primera jefa de gobierno mujer electa en Africa, y Robertsport está equipada con los atributos naturales para ser un paraiso turístico. Está rodeado de jungla, tierras pantanosas y el Lago Piso, de 100 Km2 que se alimenta de rios en los que se han descubierto diamantes de gran calidad.
Shannon y sus padres tienen planes para aprovechar ese potencial. Lomax, por su parte, no quiere quedarse. “Ya no hay ola grande para mi en Robertsport, las puedo surfear todas,” dice mientras camina a Nana’s desde Shipwreck Point. “Me gustaría ver la olas de Hawaii, Australia, Sudáfrica o California. No veo muchos chicos negros surfear, la mayoría son blancos. Sueño que el surf me ayude a ver el mundo.”
Gracias en parte a la ayuda de Shannon, Lomax ha conseguido el pasaporte desde que estuvimos en Robertsport.
Fuente: http://www.timesonline.co.uk/tol/news/world/africa/article6366665.ece